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Lugares que ya no existen / Café Mozart, murió después de 47 años de existencia

Este café y pastelería, ubicado en Plaza Satélite, fue la trinchera desde la cual les tirábamos la onda a cuanta chava pasaba por ahí.
Lugares que ya no existen / Café Mozart, murió después de 47 años de existencia

Por Alejandro Pohlenz

Por desgracia, escarbando en Internet, no hallé información en cuanto al origen y la historia de este cafecito que acuñó, en parte, mi adolescencia. Hay un breve video de los "satelucos" que fue publicado en Facebook en 2018. La información primordial que arroja es que “tiene 47 años de historia”. Esto significa que se echó a andar en 1971, que es justamente la fecha en la que se inauguró la modernísima Plaza Satélite, “una de las más grandes de Latinoamérica en su momento”. La renovación total de este mall sucedió en 2018, así que, es posible que el Café Mozart haya desaparecido durante esa transición. Ofrezco una disculpa: no me consta.

La pasarela de chicas

No sé si recuerden la crónica del Restaurante Bar La Perla en Tlalnepantla. Por si no leyeron esta fascinante nota, yo tenía mi palomilla de Las Arboledas (allá muy al norte de la CDMX). Básicamente, eran Ernesto (el hijo del dueño del mencionado bar), Agustín y a uno que apodaban Golo (porque así le decían sus papis). El centro de reunión de esta cuarteta de loosers, durante nuestra pubertad (más o menos en 1976/78) era el Café Mozart. Se encontraba en la segunda planta, saliendo del Sears. Parte de las mesas y sillas estaban en el pasillo. Eran como de ratán. Desde ahí podíamos ver pasar a las jóvenes y decidir si “atacar” o no. (En todo caso, aunque atacáramos, rara vez nos pelaban).

El ligue rindió frutos

Los del Café Mozart obviamente nos detestaban en mal plan, porque pasábamos las horas con un p… cafecito y, siendo pobres y de familias numerosas, no consumíamos gran cosa. (Lo máximo era el VIPS, porque la mesera te llenaba la taza de café a cada rato). Nuestro puesto de vigilancia rindió frutos para uno de nosotros por lo menos. Agustín se ligó a la encargada de un changarro de marcos y cuadros muy cerca del Mozart. Después, en 1978, le pedí, a la actual señora Pohlenz, muerto de pánico, que fuera mi novia. Me dijo que sí. Ella tenía 13 años.

Así que el Café Mozart se transformó, de cuartel general, a reducto romántico. Ya no veía a las chavas pasar, sino los maravillosos ojos verdes de mi novia...

Por cierto, no hay que confundir este Café Mozart con el de Viena, Austria, que lleva vigente ¡200 años!

Plaza Satélite

CERRADO

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