4 Discotecas que ya no existen
La vida nocturna de la Ciudad de México ha sido un crisol de ritmos, luces y experiencias inolvidables.
A lo largo de las décadas, emblemáticas discotecas abrieron sus puertas para convertirse en templos de la diversión, donde miles de personas bailaron, cantaron y crearon recuerdos imborrables. Sin embargo, el tiempo, los cambios en las tendencias y diversos factores han llevado al cierre de muchos de estos icónicos lugares, dejando tras de sí una estela de nostalgia y melancolía.
Lobohombo
Lobohombo inició en los 80. Sus dueños fueron los empresarios Alejandro Iglesias y Antonio Grez; era un espacio muy grande y tenía lo más non-plus-ultra-top en equipos de sonido, de video, luces, láseres y efectos especiales. Arriba, en una especie de terraza circular se podían ver a chicas atractivas bailando al compás de la música disco.
Era, según algunas fuentes, “la discoteca más moderna de América Latina”. Sí, era un gran antro, pero, también, una gran trampa. Después del incendio acaecido el 20 de octubre de 2000, se develaron cuantiosas irregularidades.
Bar 9
Lo conformó un inmigrante francés (Henri Donnadieu) en 1977, primero como un restaurante francés en la Zona Rosa de altísimo nivel para clientes de la comunidad; se llamaba Le Neuf. Poco a poco, las mesas y las sillas huyeron para abrir paso a la pista de baile. Así, el pianito de restaurante fifí se metamorfoseó en música de Donna Summer, Gloria Gaynor, Silver Convention, Earth, Wind and Fire, etcétera. ¡La pista ardió! (Es interesante que la primera manifestación de lo que ahora es llamado orgullo gay sucedió en la ciudad de México en 1978, una año después de la apertura del Bar 9).
Medusas
La pista de baile tenía la peculiaridad de elevarse; para abrirla había un performance con bailarines profesionales. Se usaban jaulas. Tuvo su gran apogeo cuando cundía la prohibición de las fiestas rave, debido a que la gente prefirió regresar a la seguridad de un club (era eso o ser golpeado por los granaderos).
Medusas murió en el 2000. Dicen que por diferencias entre sus socios. “atrás quedaron las noches intensas de techno, house, ebm, trance…” (Ni la menor idea de lo que están hablando). Se acabó, pues, este antro de San Ángel dedicado a la música electrónica, después de 7 cortos años de vida.
Centro de espectáculos Premier
Sitio que podía recibir a mil personas y en el cual se presentaron Ray Conniff, Roberto Carlos, Juan Luis Guerra, Enanitos Verdes y el multicitado Juan Gabriel, entre otros. Originalmente se llamó Metrópolis (como la película del cine mudo de Fritz Lang) y alcanzó el pináculo en los 80 y 90. En todas las fuentes consultadas se establece que el propietario del Premier era Rafael Aguilar Guajardo relacionado con el llamado “Señor de los Cielos”. Cuando el señor Aguilar falleció, el centro de espectáculos fue propiedad de la Procuraduría General de la República; más tarde, de Televisa.
