Cantinas de botana gratis en CDMX: Botanero del Bosque.
La hija descarada de una cantina seria. Una nueva cantina en el centro histórico de la CDMX con linaje. Nieta, bisnieta o ¿hija? de “El Bosque”, esa cantina que abrió en la San Miguel Chapultepec cuando la colonia la política mexicana se servía alrededor del Castillo de Chapultepec. Pero no le interesa rendirle homenaje: la quiere tanto que se atreve a burlarse de ella.
Las cantinas no mueren, reencarnan
En una ciudad donde cada semana muere una fonda y nace un restaurante con paredes claras que abusa del lambrín, abrir una cantina es un acto de fe en el pasado. “Botanero del Bosque” acaba de abrir en el corazón del Centro Histórico, y aunque es nueva, nació con códigos, de esos que solo entiende el que sabe.

¿Qué es Botanero del Bosque?
Es una cantina, sí. Pero también es una respuesta. A la añoranza por lo clásico. A los restaurantes que se empeñan en arreglar lo que no está roto. A los cocteles con nombres de poema posmoderno. Es una cantina que no finge ser vieja: se comporta como nueva, pero se sabe parte de una estirpe.
Está en Isabel la Católica, justo donde empieza el vértigo de la ciudad vieja. Tiene barra de madera espesa, mesas habilitadas con un balconcito para colocar las cubas y suficiente insolencia como para colocar el maniquí de un charro en el baño de mujeres. Aquí es imposible pasar por un trago rápido y ya, aquí se viene a fraternizar alrededor de la fuente del patio interior.

La carta: generosa y con sazón de cantina callejera
“Cantina de botana gratis no es cantina”, rezaba el eslogan de una cantina que me aventuré a abrir el año pasado. Y es lo que sostiene la opinión popular. ¿Cómo lo sé? Tengo tres años leyendo los comentarios que me dejan en los 37 videos de cantina que he producido en este tiempo. Como lo dicta el manual popular, el Botanero del Bosque sí tiene botana gratis, pero con sus reglas.
El menú cambia todos los días y las botanas te llegan con cada destilado: no cerveza, no vino ni promo de mezcal. Te van a llegar de acuerdo al orden con el que están escritas en la carta, pero si tienes problemas con la autoridad, puedes comprar el menú botanero ilimitado. Consulta el precio vigente.
¿Quieres chamorro? Hay. ¿Quieres tortillas recién hechas? También hay. ¿Quieres pedir otra ronda aunque ya habías dicho “la última y nos vamos”? Venga.

Las cubas saben mejor cuando te las sirve un mesero de chaqueta blanca. El espumoso por copeo es de una de mis etiquetas favoritas, Mionetto, un prosecco de la región más reconocida dentro de la región, aunque suene a trabalenguas. Y ya que lleves 3 tragos métele un diez a la rocola que fueron a rescatar de quien sabe dónde, con discos de 45 que suenan borroso; y brinda con el burócrata de al lado que sigue usando el traje de paño de lana que se compró para su primer empleo, allá por 1985.
Si Salvador Novo se sentara aquí, probablemente diría que es una cantina decente para tiempos indecentes. Monsiváis se preguntaría quién diablos dejó entrar a los turistas. Y Xavier Velasco haría una crónica de lo que siguió después con la mujer de minifalda que se ligó esperando mesa en la entrada.
Food Police, en cambio, sólo puede decir que hacía falta. Que esta ciudad no necesita más restaurantes ni cafecitos blandos, necesita más lugares donde la cuba quemadita es declaración.
- Dirección: Isabel la Católica 30, Centro Histórico de la CDMX.
- Horario y días de operación: de lunes a domingo de 1:00pm. a 11:00 p.m.
- Ideal para: comer
- Pago: efectivo y tarjetas.
- Accesibilidad: sí.
- Transporte público cercano: Metro Zócalo y Allende
- Reservaciones: si, por Open Table
- Pet Friendly: no.
- Adecuado ir con niños: sí.
- Opciones veganas: sí.















































