Restaurantes en museos CDMX/ Restaurante Tamayo, la terraza más encantadora de la ciudad
Comida mexicana actual en un espacio de belleza, paz y color

Por Alejandro Pohlenz
Una de las cualidades (quizá otros diferirán de esta idea) de Rufino Tamayo (Oaxaca, México, 1899/1991) es que se desvió de los tres grandes (muralistas) de la época, Rivera, Orozco y Siqueiros, en cuanto al “contenido político” de su obra. Su anhelo artístico era crear algo más “universal”. O sea, menos propaganda y más “arte”, si se puede decir. Lo que sí se puede decretar con contundencia es que Tamayo, “es considerado una de las figuras más destacadas del arte moderno mexicano”. Su herencia más distintiva es el museo que lleva su nombre y que fue fundado en 1981 por él y su esposa Olga Flores Rivas.
El diseño arquitectónico del museo estuvo a cargo de Teodoro González de León (lo señalamos al hablar del MUAC aquí, en Food Police). También contribuyó al diseño el arquitecto Abraham Zabludovsky. La construcción tiene un aire al edificio del INFONAVIT en Barranca del Muerto. Concreto, ángulos, grandes espacios, luz y sombra. Lo increíble es que siga siendo moderno. Vean:
Para colmo, la ubicación del museo, abrazado por los ancestrales árboles del bosque de Chapultepec, es paradisiaca. El museo, señalan, “nació con la vocación de acercar al público mexicano al arte contemporáneo internacional.”

La hermosa vista de los árboles
Del restaurante que hoy nos ocupa se dicen cosas que, creo, algunas veces, son grandilocuentes (diciéndolo eufemísticamente). Si no, juzguen ustedes: “su propuesta mexicana contemporánea busca armonizar con el espectacular espacio donde se encuentra en el Museo Rufino Tamayo, en Chapultepec”. Con todo, lo que sí es realmente delicioso (además de la comida) es esa terraza que vuela sobre las copas de los árboles de Chapultepec. El lugar se llama, claro, Restaurante Tamayo.
¿Qué tal la carta?
Revisemos un poquito la carta. Hay una tabla de quesos, la tetralogía de coliflor, aguachile de salmón o robalo, sopes de plátano macho (¡wow!), sopa de setas silvestres, ensaladas de quinoa, frutos rojos, betabel y salmón ahumado y una hamburguesa que es una explosión proteica: carne de res y de cerdo, 3 quesos, mermelada de chiles (¿?) y gel de piña. El sándwich Tamayo también es apreciable, con jamón de pavo, tocino y huevo. Claro que hay pescados y carnita. Lo realmente llamativo es el chile chiloco (un chile relleno con filete de res) y las carnitas de pato.

Hay desayunos y un bizcocho de chocolate muy anti-dieta que se hace acompañar de frutos rojos. Mhhhh!
CERRADO
