Food Police

Guía de lugares que ya no existen / Zoco’s Bar en Cuautitlán Izcalli

Antes fue el Zoco’s, frente a un Gigante que luego se convirtió en Soriana. Ahora, es un gimnasio de cadena que ve de frente a la nada.
Guía de lugares que ya no existen / Zoco’s Bar en Cuautitlán Izcalli

Por Jajo Crespo / Fotografías cortesía de Pepe de Zoco's

Con mucho cariño para Pepe

Zoco’s era una cantina tradicional, de aquellas en las que los comensales comienzan a saludarse porque se ven a diario. Y, por supuesto, también saludaban a Pepe, el último gerente que tuvo el lugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es complicado decir que una cantina fue un bastión en la historia de un lugar, sobre todo si, como Zoco’s, no llegó a los 25 años. Pero, hay que tener en cuenta que Cuautitlán Izcalli es un municipio joven, fue fundado en 1973 y, cuando apenas cumplía 15 años, en 1988, Zoco’s comenzaba a recibir parroquianos. Esto lo convirtió en uno de los puntos de encuentro predilecto de los izcallenses. Pero si la tradición hizo que llegaran, las botanas los hicieron quedarse. Se volvieron legendarios los viernes de chamorro, los jueves de mole, los miércoles de lengua y las enormes tortas de milanesa “oreja de elefante”.


El año 2000 llegó con nuevas esperanzas: se abría un nuevo siglo, las computadoras no habían acabado con el mundo y en México por fin se dio la alternancia presidencial. Pepe llegó a Zoco’s justo en el 2000, llegó a aprender a usar una computadora con Windows ‘95 y, a mediados de la década, a organizar el proyecto gemelo —tal vez siamés, porque estaban pegados— del Zoco’s Bar: un antro, el DJavú. DJavú era la renovación, el esfuerzo del lugar por mantenerse vigente con las nuevas generaciones, ajenas a las mecánicas de las cantinas. Y tuvo éxito, mucho éxito, pues fue uno de los primeros centros nocturnos en Cuautitlán Izcalli. Entonces, Zoco’s y sus comensales gozaban de la abundancia.

 ¿Qué le pasó a Zoco’s bar?

La madrugada del 11 de noviembre de 2009 —en plena guerra contra el narcotráfico— un grupo de civiles armados entró por la fuerza a DJavú, el hermano gemelo de Zocó’s. El grupo amedrentó y robó a los clientes, y dispararon al techo dentro del lugar. No hubo lesionados graves, salvo por el DJavú que murió esa noche y el Zoco’s que se llevó una estocada que tardaría unos años en desangrarlo.
“Después del golpe de los [...] ya la vida nocturna se acabó. Duramos… no me acuerdo si cuatro o cinco años más, pero ya no se pudo recuperar: bajó mucho la gente ”. La memoria de Pepe es optimista, en realidad, Zoco’s duró tres años después del ataque. En ese período, ante la desesperación de ver “los buenos tiempos” irse de sus manos, Zoco’s tuvo cuatro remodelaciones. El gemelo se convirtió en Zoco’s Mambo Bar, luego, en Rubik 80’s; después demolieron la división para abrir el enorme Zoco’s Norteño Banda. Pero, como los uroboros, volvieron al principio y quien vio el cierre definitivo fue el Zoco’s Bar, aunque con la implementación de una pequeña mecánica de karaoke y algunos conciertos como La Sonora Santanera de Pepe Bustos o los Teen Tops.
Poco a poco, la vida nocturna de Cuautitlán Izcalli, que apenas comenzaba, se fue apagando. Se vio una hecatombe de antros, discotecas y bares. Una sinfonía fúnebre de cortinas que cerraban para siempre, una fuga. “La gente tenía miedo, y yo, también”, recuerda Pepe. La vida nocturna de Cuautitlán Izcalli también sufrió una estocada de la que parece que apenas comienza a recuperarse. Por eso, la historia de Zoco’s siempre estará ligada a la de Cuautitlán Izcalli, pues el sonido del cierre de sus puertas fue un silencio de casi diez años en la partitura de la vida nocturna de Cuautitlán Izcalli.
Al final, pasados los raspones, los sustos y las lágrimas, nos quedan los recuerdos. Los parroquianos que se volvieron familia en Zoco’s, las partidas de dominó con don Pepe, las atenciones de Toby, las mega tortas que preparaba la señora Martha y el Válvula, los tragos que servía Escalera, los saludos del Bucles o David desde la caja, las despedidas que nos ofrecía Nachito en el estacionamiento y el gusto de haber bailado canciones de la Sonora Santanera con la voz en vivo de Pepe Bustos. Y, por supuesto, la seguridad de que Zoco’s fue un párrafo en la historia de Cuautitlán Izcalli.

Etiquetas: Guías

Deja un comentario