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Cantinas en CDMX / La Potosina, para los que cuando ven una cantina señorial dicen “esa no es una cantina”, he aquí la “auténtica” y masculina experiencia con todo y baños sucios y olorosos.

Una cantina que, desde su apertura en 1890, ha sido protagonista de innumerables relatos protagonizados por personajes que ya forman parte de la historia de México. 
Cantinas en CDMX / La Potosina, para los que cuando ven una cantina señorial dicen “esa no es una cantina”, he aquí la “auténtica” y masculina experiencia con todo y baños sucios y olorosos.

Por Anna Lagos / Fotos: Mediateca y cortesía La Potosina

A unas cuantas calles detrás del Palacio Nacional, en el Centro Histórico de Ciudad de México, enmarcada por vendedores ambulantes y la imponente presencia de una figura de la Santa Muerte cerca de su puerta, se encuentra La Potosina.

Esta cantina, que ahora es desaliñada, frecuentada por gente que va saliendo de la cárcel o por borrachos que llevan una semana de fiesta, ha sido reconocida por su trayectoria centenaria. De hecho, como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, recibió una placa firmada por el entonces presidente Felipe Calderón.

No es raro suponer que Antonio Rivas Mercado, el Dr. Atl o Diego Rivera, la visitaran. Según Crónicas de Asfalto, también fueron clientes Fidel Castro y el Che Guevara y aquí Lee Harvey Oswald planeó el asesinato de John F. Kennedy. Más recientemente, el escultor Sebastián fue uno de los visitantes, antes de que alcanzara la fama. El cantinero Roberto Solórzano, segunda generación de una familia que adquirió la cantina en los años 70, le cuenta al cronista Memo Bautista que el mismísimo Emiliano Zapata también pisó el local, durante su estancia en la Ciudad de México en 1914. “Mi abuelo me cuenta que de aquí, de la mesa de la ventana, mandó Zapata a fusilar a dos prisioneros que le habían traído”, le contó un cliente a Roberto. Acababa de morir su abuelo, quien le aseguró que fue mano derecha de Zapata.

Si eres de los que buscan la autenticidad perdida en las cantinas modernas, aquí puedes sumergirte en una experiencia genuina, repleta de testosterona, aromas embriagadores y baños desaliñados. Los parroquianos son los trabajadores del Centro Histórico que acuden a disfrutar de un trago mientras saborean algunas de las botanas cortesía del establecimiento.

Esta emblemática cantina no solo está llena de historia sino de fútbol. La familia Solórzano es aficionada del equipo Atlante y durante la década de los 90, el patriarca de la familia, don Roberto, y uno de sus hijos asistían a los entrenamientos e invitaban a los jugadores a visitar su taberna. De hecho, hay un pequeño espacio dedicado a los “potros de hierro” con varios recortes y fotografías de aquel Atlante que hizo época.

Es innegable que La Potosina es una de las pocas cantinas que ha logrado mantener su autenticidad a lo largo de los años, donde el aroma a alcohol y la variedad de destilados mexicanos son parte de la experiencia, al igual que la botana que acompaña cada trago. La cerveza de $35 pesos se puede tomar con chicharroncito, un caldito tlalpeño o uno de camarón.

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Ve con la luz del día sin ánimo de verte muy turista; esta cantina se encuentra en una zona brava del Centro Histórico. 

 

  • Dirección: Jesús María 21, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06020 Ciudad de México, CDMX
  • Teléfono: +525555227572
  • Horario: Lunes a sábado de 10:00 am a 12:00 a.m.
  • Ideal para: Vivir una experiencia auténtica de cantina cutre y maloliente.
  • Tipo de comida: mexicana
  • Pago: solo efectivo.
  • Accesibilidad: Accesible para sillas de ruedas
  • Estacionamiento: No.
  • Precio de la cerveza: $35
  • Reservaciones: no
  • Transporte público cercano: Metro Zócalo
  • Pet friendly: no
  • Adecuado para ir con niños: no

Etiquetas: Guías

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