Guía de cantinas en CDMX / La Reforma, una cantina tradicional (de botana) con mucho linaje.
“¿Y a qué vienen por acá? ¿A dónde mero van? No les recomiendo andar caminando solas en esta colonia”, comentó el chofer del taxi mientras surcaba las calles de la colonia Peralvillo, en búsqueda del destino escrito esa mañana para mi amiga Cristina y para mi: la cantina La Reforma.
Por Anna Lagos / Fotos: Cortesía La Reforma
Al cruzar esta puerta de marcos de aluminio dorado, las baldosas de terrazo gris y los azulejos en distintas sombras de café, nos hablan de otra época. La barra de resina en dos niveles, curiosidad de mediados del siglo xx, nos confirma que este es un lugar con currículum.
Yo creo que la cuba es el trago cantinero por antonomasia y empiezo mi visita con una, pero a mi estilo: servida con Bacardí blanco, limón, agua mineral y apenas un recuerdo de refresco de cola. Me recibe Adolfo Cordero en la barra, veterano y propietario que resulta ser hermano de Roberto Cordero, anfitrión en la ilustre cantina El Paraíso en la Santa María la Ribera. Los hermanos Cordero fueron hijos de un hombre dedicado a la industria del sexoservicio desde principios del siglo pasado. Cordero padre legó a tener hasta 35 prostíbulos en funciones, pero un encontronazo con Ernesto Uruchurtu, el regente de hierro, quien pasaría a la historia por orquestar el cierre masivo de pulquerías, cabarets y todo tipo de lugar de rompe y rasga en el entonces Distrito Federal, le hizo perder casi todo.
Los Cordero adquirieron esta cantina en 1988; desde entonces la conservan como un espacio comunitario donde hombres vestidos a la moda de otra época frecuentan a sus amigos de toda la vida y hacen una pausa desde medio día para echarse una cerveza y comer la botana del día. El licenciado, el profe, el jubilado, aquí todos se conocen y , sin embargo, los visitantes ajenos como yo somos bienvenidos y bienvenidas.
El oficio de un cantinero de décadas hace que haya poesía hasta en la forma en la que el señor Adolfo exprime los limones. Y el patrón presume su botana: cambia todos los días, siempre hay caldo, sopa, un acompañante, recalentado de ayer… Los martes el señor Cordero saca los anafres y la parrillada se sirve sobre la banqueta; los viernes una apoteósica paella de mariscos (que se cocina en las mismas estufas de El Paraíso) se sirve a todos los que vengan por su consumición que los hace acreedores a la botana. Al igual que su hermano en El Paraíso, el señor Adolfo no tiene a quién heredarle el negocio y desde hace tiempo ofrece a La Reforma en traspaso.
Me retiro de esta cantina cuando empieza a ponerse el sol. Atiendo a la recomendación del taxista pero me voy muy cobijada por los parroquianos de La Reforma y uno hasta me acompaña a mi taxi. ¿Peligrosa esta colonia? “No de este lado”, me dice el señor Cordero y me recuerda que en toda la historia como anfitrión nunca ha tenido problemas con malandrines.
Food Police insider advise
Acomódate en la barra y hazte el regalo de platicar con don Adolfo.
- Dirección: Melesio Morales 2, Peralvillo, Cuauhtémoc, 06220 Ciudad de México, CDMX
- Teléfono: 55 5583 8665
- Horario y días de operación: lunes a domingo de 1:00pm a 10:00pm
- Ideal para: almuerzo y comida.
- Tipo de comida: cocina mexicana de cantina con algunos platos internacionales mexicanizados
- Pago: efectivo y tarjetas
- Accesibilidad: espacio para silla de ruedas en las mesas de la banqueta
- Estacionamiento: no hay valet parking y en la calle el estacionamiento es libre, pero yo te recomiendo llegar en taxi o transporte de aplicación para no tener el pendiente de tu auto.
- Reservaciones: no es necesario
- Transporte público cercano: metrobús Mercado Beethoven y metro Misterios
- Pet friendly: afuera
- Adecuado para ir con niños: no
- Opciones veganas: en ocasiones, preguntar por el menú del día
- Precio de la cerveza: 65 pesos (incluye tiempo de botana)
- Check promedio: 260 pesos