Lugares que ya no existen CDMX / Parte 1
Aunque ya no estén físicamente, su legado perdura en la memoria colectiva de quienes disfrutaron de sus ambientes únicos y buenos ratos.
La Ciudad de México, con su dinámica vida nocturna y su rica historia cultural, ha sido testigo de la existencia de lugares icónicos que han dejado una marca indeleble en la memoria colectiva. El símbolo de la fiesta en los años 90, un cabaret exclusivo que albergó a grandes artistas, la cuna del rock and roll, estos espacios fueron mucho más que simples locales: fueron epicentros de emociones, música y encuentros inolvidables.
La Boom
La Boom fue una icónica discoteca en el norte de la CDMX, famosa en los años 90 por sus dos pisos de diversión y excesos. Con 4,000 metros cuadrados de música y luces, se convirtió en un refugio para la juventud que buscaba anonimato en sus noches. Más que un simple antro, La Boom también albergó espectáculos y eventos diversos, convirtiéndose en un símbolo de la cultura nocturna de la época. Sin embargo, su popularidad se desvaneció debido a cambios en la zona y la madurez de sus asistentes, cerrando un capítulo memorable de la vida nocturna en la ciudad.
El Patio
El Patio fue un icónico cabaret inaugurado en 1938 en la Colonia Juárez, conocido por ser el escenario de grandes artistas como José José, Juan Gabriel y Edith Piaf. Con una entrada costosa que incluía cena y espectáculo, el lugar atraía a la élite de la época, incluyendo a personalidades como Diego Rivera y María Félix. Su lujosa decoración y estricta etiqueta lo hacían exclusivo, convirtiéndose en un símbolo de la vida nocturna en su época dorada. Sin embargo, la modernidad y la competencia de conciertos masivos llevaron a su cierre en 1994. El edificio colapsó en 2024, dejando solo recuerdos de su esplendor.
Bar Bar
El Bar-Bar, un exclusivo club privado inaugurado en 1984 en Insurgentes, se convirtió en un referente de la vida nocturna gracias a su clientela famosa, que incluía a personalidades como Luis Miguel y Madonna. Sin embargo, su fama se vio empañada por un trágico incidente: en 2010, un intento de asesinato involucró al futbolista Salvador Cabañas, quien fue disparado por un hombre intoxicated. Aunque Cabañas sobrevivió, el escándalo obligó a cerrar el Bar-Bar, que había sido conocido por su ambiente glamuroso y su innovadora proyección de videoclips. El lugar, que alguna vez fue un punto de encuentro para celebridades y deportistas, dejó una huella de controversia en su historia.
Rockotitlan
Rockotitlán, antro emblemático de los 80 y 90, fue la cuna del rock en español en México. Inaugurado justo antes del terremoto de 1985, su misión era dar un espacio a bandas de rock alternativo. Durante su época dorada, de 1990 a 1996, recibió a leyendas como El Tri, Caifanes, y Café Tacvba, convirtiéndose en un escenario sin filtros para el talento emergente. Con un ambiente vibrante y un mural de Gerardo Montagno, Rockotitlán no solo ofrecía música, sino también comida y bebida, a pesar de su fama de inseguridad. Cerró en 2001, dejando un legado perdurable en la historia del rock mexicano.
El Nivel
El Nivel, fundada en 1857, fue la primera cantina en obtener una licencia de venta de alcohol en México, firmada por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada. Aunque su edificio aún se erige en la esquina de Moneda y Seminario, su cierre en 2008 marcó la pérdida de una rica historia. En sus mesas, leyendas como Agustín Lara compartieron anécdotas y vivencias, mientras los aromas de cacahuates y la famosa bebida de la casa, el nibelungo, llenaban el aire. Su cierre, resultado de un litigio con la UNAM, simboliza cómo la historia de la ciudad a menudo se superpone y transforma, dejando solo recuerdos en la memoria de quienes la vivieron.