Lugares que ya no existen / Champs Elysées, de menú por tiempos a la elegancia política
El restaurante Champs Elysées sobre Reforma fue punto de reunión de la clase política, y de artistas nacionales e internacionales. Fue también un pincel de la alta cocina francesa en CDMX durante más de cincuenta años.
Por: Youyi Mayora Eng
Fotos cortesía de: Sophie Avernin
En 1965, México comenzaba los preparativos para los Juegos Olímpicos de 1968. El presidente Gustavo Díaz Ordaz, designaba al expresidente Adolfo López Mateos como responsable del comité organizador. Es en ese contexto donde la familia Bouteille fundaría el legendario restaurante Champs Elysées. Abrió sus puertas en un pequeño establecimiento en el 4 de la calle de Amberes en la Colonia Juárez.
Era un pequeño bistrot en donde se servía un menú por tiempos. Años después, el éxito obligaría a que se mudara al número 316 de Reforma, un lugar aún más digno en donde se pudiese degustar la mantarraya en mantequilla negra, que por aquél entonces, no se consumía en ningún otro lado de la ciudad. Algo que debe contarse, es que, quizás, fue el primer restaurante orgánico de México. Por accidente, por gusto, por elección, pero la verdad es que la familia sembraba sus propias plantas, hierbas e incluso tenían criaderos de aves. Sophie Avernin, hija de los fundadores y personaje del vino en la Ciudad de México, cuenta que de niña se traían plantas y pequeños árboles de Francia en sus maletas, que luego plantaban en Morelos.
Hasta hace poco, en su página web se podía leer lo siguiente: “Comer en Champs Elysées significa pertenecer a un grupo selecto de personas con buen gusto por la tradición”. Por este tiempo, el restaurante ya había sido adquirido por el fondo de inversión Advent. Quizás su refinamiento y elegancia pudo ser la clave para que no sobreviviera a la postmodernidad. Algunos testimonios nos hablan de sus riñones de ternera y de su cordero al horno que permeaban de sabores y aromas a la sociedad mexicana. Políticos de muy alto nivel de la administración pública se daban cita casi a diario. Era, sin duda, un centro de negocios. Un restaurante, como alguna vez leí, “para ver y que te vean”.
En sus últimos años, el Champs Elysées abriría otra sucursal en Polanco, precisamente en la avenida Campos Elíseos. Los cambios, a veces nos atrapan en un abismo del que no podemos salir. Sería en el año 2019 cuando el restaurante cerraría sus puertas para siempre
Hace poco más de un año, el nombre del mítico restaurante mexicano Champs Elysées resonaría en un juicio mediático en los Estados Unidos. Testimonios hablan de reuniones en el restaurante en donde la llanura de la corrupción y el poder cerraban filas en torno a intereses oscuros. Para ese entonces Champs ya nada tenía que ver con el legado de sus fundadores, su distancia de la familia que lo había creado era total.
Nos quedamos con el recuerdo de aquel restaurante francés de la familia Bouteille en Reforma, que se inmiscuyó en nuestros sentidos y en nuestro cariño por la alta cocina francesa durante más de cincuenta años. Hacemos un homenaje a la memoria de la mantarraya con mantequilla, de las hierbas orgánicas, de las conversaciones con vino, de la vista sobre Reforma.